Antes
de la llegada de los cartagineses en el siglo III a.C., Volubilis fue un
asentamiento bereber. Después de una guerra vencida por los romanos, la ciudad
pasó por un cambio siguiendo el modelo universal de Cardus Decumanus y Cardus
Maximus, aprovechando el río anexo para el abastecimiento hídrico.
El facto de la ciudad poseer grandes características agrícolas fueron importantes para su desarrollo y mantenimiento. Este factor posibilitó su permanencia por muchos siglos. Las prensas de Volubilis, utilizadas para procesar en general olivo para la producción de aceite, además de trigo y vino siguen bien preservadas.
Tras el abandono de la ciudad en el año 285 d.C. mientras el gobierno y las familias nobles huyeron siguiendo la estrategia de Diocleciano de repliegue hacia el norte, la población aún tardó varios siglos en emigrar a la cercana Moulay Idriss Zerhoun. Tribus de los Vándalos cruzaron desde España y llegaron a la zona. Pacificada de nuevo, fueron los bereberes quienes la ocuparon. Después, en el siglo VIII, con la islamización que inició Idris, Volubilis cayó en el ovido y Fez surgió como la capital real.
El terremoto de Lisboa también se sintió en Volubilis, que quedó gravemente dañada en 1775. Antes de eso, Ismaïl ben Chérif la expolió llevando gran parte de los apreciados mármoles y columnas para engrandecer la ciudad imperial de Meknes.
Las primeras excavaciones de rigor se producen a partir de 1921 cuando arqueólogos llevan a cabo trabajos para rescatar el patrimonio romano, ensalzando la monumentalidad de los restos bajo imperiales, pero menospreciando los restos de los barrios prerromanos o musulmanes. A partir de la independencia de Marruecos, la nueva corriente arqueológica ha trabajado en la línea de recuperar el testimonio de los restos de otras partes de Volubilis.
Abajo, presentamos la casa de Los trabajos de Hércules. Una de las casas construidas en Volubilis durante el periodo de dominio romano.
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